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CAPITULO XXI


Los testimonios sobre Bernardo Leighton pueden llenar varios tomos. Se trata de un político que no ha dejado indiferente a nadie. Aunque muchas veces ejerce la autoridad, emanada de los cargos que ocupa, con singular energía, no despierta rencores profundos. Más de alguna vez disuelve algunos rescoldos que quedan con su calor humano. Para culminar este trabajo, no hemos salido a buscar nuevos testimonios sobre él. Nos ha bastado recoger una muestra, que él mismo conserva en sus propios archivos personales. Se trata de algunas tarjetas recibidas por él en la Cámara de Diputados a partir del 21 de mayo de 1969, enviadas por sus colegas de diversos partidos o por otros políticos no integrantes de esa Corporación. Algunas tienen fecha. Otras no. Su texto permite, sin embargo, mostrar lo esencial: el aprecio y hasta cariño que se le tiene, el respeto que inspira. El orden de las citas siguientes está determinado por las fechas.

Juan Tejada, diputado comunista, exiliado y trágicamente muerto en un incendio en Viena, le escribe el 8 de julio de 1969 un pequeño poema, medio en serio, medio en broma:

"Visto de frente, Bernardo,
tienes un aire abacial;
mas exhibes de perfil
un gesto presidencial,
que preocupa más a Tomic
que el mismo juicio final.
Dejo constancia del hecho
para bien o para mal."

Camilo Salvo, diputado del Partido Radical, le envía el 6 de octubre de 1970 la siguiente nota:

"Hermano: reciba Ud. las felicitaciones más cordiales por su brillante desempeño en la última Junta Nacional de la Democracia Cristiana. Su claro planteamiento ayudará a que este país siga desarrollándose bajo el sistema democrático. Atentamente. Camilo Salvo.

Otro diputado comunista, Orlando Millas, le dirige el 30 de noviembre de 1971, estas líneas:

"Bernardo: El domingo, como ya conocía las "tres" bandas (se refiere a un programa de debate pluralista que tenía Televisión Nacional de Chile), escuché "A esta hora se improvisa" (programa de debate amplio que dirigía en Canal 13 de la UC Jaime Celedón). Creo que lo dicho por tí es respetable. Tomé nota de ello con mucho interés. Muchos han hecho lo mismo. Sé, por ejemplo, que el propio Presidente se interesó en obtener una versión de tus expresiones. No es sólo de los partidos de gobierno el deber -que por nuestra parte no eludimos- de buscar soluciones democráticas y no darles en el gusto a los antidemocráticos. Te felicito afectuosamente por tu elección como vicepresidente de tu partido. Orlando Millas."

Radomiro Tomic, su amigo y camarada de toda una vida, le manifiesta el 30 de junio de 1972, después de un debate interno de la DC:

"Querido Bernardo: tus palabras elevaron como 'un golpe de ala' el debate en el último Consejo. Le dieron el marco de trascendencia moral y de nobleza de visión y de propósitos sin los cuales 'hacer política' es apenas servir intereses, cálculos, ambiciones, pasiones y mezquindades, personales y colectivas. En ambos casos el resultado negativo y deprimente es el mismo. Gracias a tí los 'viejos' y los 'nuevos' volvimos a encontrar el espíritu de la Falange. ¡Felicitaciones y agradecimientos! Un abrazo. Radomiro Tomic."

Eduado Frei Montalva, también amigo y compañero de mil luchas, le escribe en tono solemne, no habitual en el trato personal entre ellos, después que Leighton lo ha defendido de ataques lanzados en su contra:

"Don Bernardo: 'Siempre noble, leal y valiente'. ¿Qué más puedo decirle? ¡Gracias! Eduardo Frei M. 13 de diciembre de 1972."

Luis Maira, diputado de la lzquierda Cristiana, le escribe el 5 de marzo de 1973, o sea, al día siguiente de haber sido reelegido Leighton diputado por Santiago:

"Don Bernardo: Me permito hacerle llegar un ejemplar del libro que he editado con mis artículos de prensa. Quiero manifestarle que he sentido su victoria como propia y nos ha alegrado el alma a mi mujer y a mí. Sólo cuando se producen respaldos como el que Ud. ha recibido luego de una campaña pobre y honesta uno puede estar tranquilo de que todo no esta perdido para el PDC y que los años de militancia allí tenidos no constituyen una etapa de la que tengamos que arrepentirnos. Lo saluda fraternalmente. Luis Maira."

Otras cuatro tarjetas de colegas de la Cámara que no llevan fecha, merecen citarse:

"Bernardo: Me recordaste a don Horacio. Scarella." (Reacción del diputado Aníbal Scarella, del Partido Nacional, después de una intervención de Leighton, que le hace recordar a don Horacio Walker).

"Bernardo: Muchas gracias. Una de las cosas que me unen a tí es la hombría, unida a la honradez. Tu afmo. Luis Undurraga." (Diputado del Partido Nacional, a raiz de otra intervención de Leighton).

"¡Valía la pena la espera! No quedamos frustrados. Sus ex-intendentes." (Los que así firman son los diputados demócratas cristianos Claudio Huepe, Sergio Saavedra y Eduardo Tudela, que fueron intendentes de diversas provincias cuando Leighton era Ministro del Interior. Comentan un discurso de éste, que se hizo esperar en la Cámara de Diputados).

"Bernardo: Esta sesión y por muchas razones ha sido una de las más brillantes y tu intervención honesta, clara, sincera y de gran vuelo, fue, como dijo alguien, una clase magistral. Me alegro porque muestras el verdadero rostro de esta Cámara y porque una vez más una actitud tuya justifica el respeto que te tienen tus conciudadanos. Antonio Tavolari." (Diputado del Partido Socialista).

Para terminar, quizás el testimonio de su amigo Rafael Agustín Gumucio, dado en París, sea el más completo. A la pregunta del periodista, "de los muchos personajes que usted ha conocido en su vida, ¿cuál le ha impresionado mejor y más profundamente?", contesta:

"Me ha impresionado permanentemente desde mi juventud Bernardo Leighton. Ha sido un hermano para mí. Conozco su vida al detalle, tenemos la misma edad y recorrimos juntos un largo trecho de nuestro camino ya largo en la vida. Es el político chileno que mayor admiración me produce por su pureza y consecuencia. Creo que Bernardo es de una tranquila valentía, de una honestidad a toda prueba, de una entrega a su causa y a su país digna de un espartano. Cuando se repuso del atentado que casi le costó la vida y que dejó inválida a su inseparable y magnífica compañera, volvió a sus actividades como si nada hubiese pasado. Y sigue en ellas. No hay dictadura ni violencia alguna que pueda con él. Es el más porfiado de los hombres íntegros que yo he conocido."

Posted by Otto Boye 19:51 0 comentarios